miércoles, 30 de enero de 2008

LOS CUATRO ASES

La trama del juego es la de siempre: se colocan los cuatro ases en la mesa y, luego, tres cartas cualesquiera sobre cada uno de ellos. Se elige uno de los montones y los ases desaparecen de sus montones respectivos y se encuentran todos en el montón elegido. Con la ayuda de tres cartas de doble cara, el juego resultará muy fácil y convincente. Necesitas tres cartas de doble cara: un as de corazones, un as de tréboles y un as de diamantes en cuyos dorsos aparecen cartas cualesquiera. Prepara la baraja de la siguiente manera: con la baraja cara arriba, introduce los ases trucados a intervalos regulares cerca de la cara de la baraja, con las caras de ases hacia arriba. A continuación, introduce el verdadero as de picas entre el segundo as trucado y el tercero. Coloca los otros tres ases de la baraja en los lugares séptimo, octavo y noveno empezando por arriba. Para empezar, voltea la baraja cara arriba y retira los ases (los tres, trucados y el de picas) y déjalos en la mesa, en fila. El as de picas ha de quedar en tercer lugar. Cuida de que no se vean los reversos de los tres ases trucados, pero muestra brevemente el dorso del de picas. Toma tres cartas de la parte superior de la baraja, muestra sus caras como sin darle importancia y déjalas cara abajo sobre el primer as. Toma las tres siguientes, enséñalas brevemente y déjalas sobre el segundo as. Las tres cartas siguientes son los ases sin trucar; colócalos sobre el as de picas. Por último, toma tres cartas más y, ya sin mostrarlas, déjalas caer sobre el último as. Seguidamente, fuerza el tercer montón de cartas. Puedes emplear el viejo método de hacer que se toquen dos montones de los cuatro y luego uno de ellos, valiéndose, en cada caso, de la ambigüedad que supone tocar un paquetito. Si te conviene, le dices que es el elegido y si no, que ése se deja aparte. Si lo prefieres, pregunta un número entre uno y cuatro, lo que sólo deja el dos y el tres; empieza a contar por el lado que convenga para que el montón elegido sea el del as de picas y apártalo de los demás. Ordena a los ases que viajen al montón elegido con la fórmula mágica que más te guste. Luego, toma el primer montón con la mano derecha, el as cara arriba y las tres cartas cara abajo. Eleva la mano, toma la primera carta y é, chala cara arriba en la mesa con un rápido giro de muñeca. Eleva de nuevo la mano y, esta vez, empuja con los dedos el as trucado hacia adelante y échalo cara abajo sobre la primera carta. Continúa, sin pausa alguna, dejando caer la carta siguiente sobre ellas, volteándola como la primera. Te queda una carta (cualquiera) en la mano. Voltéala cara arriba rápidamente y, dándole un golpecito, enséñala con toda claridad por los dos lados y déjala encima de las demás. El as ha desaparecido. Repite el mismo procedimiento con los otros dos montones. Es aconsejable ir echando todas las cartas en un solo montón y dejar caer sobre él la baraja cara arriba al terminar. Por último voltea el montón elegido mostrando los cuatro ases.

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