miércoles, 30 de enero de 2008

LA PARADOJA DE LAS PAREJAS por Jacob Daley

En esta versión del juego “haz lo mismo que yo” se emplea una sola baraja y se requieren unos instantes de mínima preparación. Toma una baraja cualquiera, sosténla frente a ti y fíjate en las dos cartas inferiores. Es preferible que sean una negra y una roja. Seguidamente, busca las dos cartas del mismo color y número y llévaselas a la parte superior de la baraja De esta forma, las cartas superior e inferior serán, por ejemplo, los cuatros de tréboles y picas, y las segundas cartas de arriba y abajo, los dieces de diamantes y corazones. Comienza mezclando por hojeo sin variar las posiciones de las cartas superiores e inferiores. A continuación, coloca la baraja en la mesa y pide a un espectador que corte en dos paquetes. En este momento toma una mitad y luego la otra y mézclalas en las manos realizando un truquillo muy fácil. Toma el paquete de arriba y haz una mezcla en las manos de la siguiente manera: pela la primera carta, luego la segunda y, sobre ellas, mezcla el resto, con lo que quedan las dos primeras cartas abajo e invertidas. Mezcla de nuevo manteniendo, con los dedos de la mano que sostiene la baraja, la carta inferior en su lugar mientras tiras hacia arriba de un paquetito de la parte inferior y lo sacas para mezclarlo ya encima del paquete, hasta dejar la última carta (el diez rojo) encima de todo. Vuelve a dejar el paquete en la mesa y toma el otro. Mézclalo sólo una vez del siguiente modo: los dedos de la mano que sostiene las cartas están apoyados sobre la carta de la cara (inferior) y la sujetan ahí mientras la otra mano se lleva un paquetito de abajo y lo mezcla hasta llegar a la última carta, que deja encima de todo. Devuelve el paquete a la mesa. En este momento tenemos dos paquetes en apariencia bien mezclados sobre la mesa. La realidad, sin embargo, es muy distinta, puesto que la carta superior de cada paquete es un diez rojo y la inferior un cuatro negro. Hasta este momento todo ha sido perfectamente limpio en apariencia, pues la baraja se mezcló realmente al principio, luego la cortó un espectador y cada una de las dos mitades se han vuelto a mezclar Se pide al espectador que tome uno de los paquetes. Toma tú el otro y después ve dando cartas al unísono de una en una formando cada uno un montón, hasta que el espectador desee parar. En cuanto se detenga, voltea los dos montones y muestra que está sucediendo algo mágico: las dos cartas de abajo son los dos dieces rojos. Pídele ahora que vaya dando el resto de las cartas de su paquete de una en una en la mesa y haz tú lo mismo. Si él tiene más cartas que tú, cuando termine pídele que coloque la carta superior de su montón en la mesa cara abajo sin mirarla. A continuación, realiza un doble volteo tomando las dos primeras cartas de tu montón como si fuesen una y mostrando la cara de la segunda carta, para luego darles la vuelta de nuevo y, finalmente, tomar sólo la superior y dejarla cara abajo en la mesa. El espectador voltea su carta: es un cuatro negro. Mírala extrañado, diciendo que para que todo saliera bien tu carta debería ser el otro cuatro negro. Muestras tu carta: ha cambiado para coincidir con la suya transformándose en el otro cuatro negro. Sí al contar resultara que tu tuvieses más cartas que él, sencillamente realiza el doble volteo en primer lugar y deja tu carta en la mesa, para luego pedirle que deje él la suya, y termina de la misma manera. Si los dos paquetes tuviesen el mismo número de cartas, haz notar esa coincidencia también. En cualquier caso, las cartas siempre coinciden. La cuenta sólo sirve para dar la vuelta a los paquetes y hacer así que coincidan luego las dos cartas superiores.

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